En la actual sociedad
de la información no quedan dudas de que casi todos los aspectos de nuestra vida
cotidiana se ven influenciados de forma cada vez más masiva por las TIC (Tecnologías de la Información y
la Comunicación), ya que es difícil pensar en actividades como comunicarse,
querer informarse, mirar una película, bajar música o comprar algo sin que ello
esté influenciado por el uso de ellas.
El aumento cada vez más masivo tanto en la
transmisión de la información como en las alternativas de interacción
disponibles se ha vuelto moneda corriente. La vida virtual es parte de nuestra
vida, no se encuentra aislada de ella y al hablar de Ciudadanía Digital nos referimos a las normas de convivencia
y comportamiento que pertenecen al entorno virtual y a la relación que
mantiene con los aspectos culturales, y sociales en ésta interacción. Por este
motivo la sociedad 2.0 es el
ideal del ejercicio de la ciudadanía digital, ya que se caracteriza por la
colaboración y el rápido intercambio de información entre las personas. Cabe
destacar que es un concepto en proceso de desarrollo a medida que avanzan las
tecnologías y que trae sus dificultades
y problemáticas, entre ellas se pueden mencionar la pérdida de
privacidad, el robo de identidad, filtración de contenido y conversaciones, se
acentúa la exclusión social por la brecha digital que prevalece y los distintos
grupos que se forman, la sobreabundancia
de información que trae aparejado el plagio de la misma, entre otras
problemáticas que implican el uso, mal uso y abuso de la tecnología. Esto está
relacionado con lo que Alfons Cornella (2003) denominó “infoxicación”
(intoxicación de información) haciendo referencia a la sobrecarga de
información de la que mencione antes como problemática, y que se la considera
como la enfermedad de la sociedad digital del siglo XXI. Según Alfons Cornella, “El
problema y su solución comparten el mismo origen: la red.
Internet nos satura de información pero al mismo tiempo nos proporciona las
herramientas para no morir “infoxicados”. El punto critico está en comunicar más
eficientemente”.
Si hablamos de
ciudadanía digital, como plantean Mike
S. Ribble, Gerald D. Bailey, y Tweed W. Ross (2004) en su artículo, aparecen áreas generales de comportamiento
que la deben conformar y que
considero relevante detallar:
Ø
Netiqueta (etiqueta) hace referencia a los estándares de
conducta o manera de proceder con medios electrónicos. Por ejemplo pedir
permiso para etiquetar.
Ø
Comunicación, que es el intercambio electrónico de
información, pero que trae aparejado poder diferenciar cuál es la forma
más adecuada para distintas circunstancias.
Ø
Educación: el proceso de enseñar y aprender
sobre tecnología y su utilización, tema del que hablaré más abajo.
Ø
Acceso: participación electrónica plena en
la sociedad
Ø
Comercio, es la compraventa electrónica de
bienes y servicios que surge como algo muy frecuente y cotidiano en la sociedad
actual, pero en lo cual se debe poner atención ya que el robo de identidad es
frecuente aquí.
Ø
Responsabilidad: responsabilidad por hechos y acciones
en los medios electrónicos, esto es: identificar qué es apropiado y qué
no lo es, qué es legal o ilegal cuando utilizamos Internet.
Ø
Derechos, de los cuales gozan todas las
personas en el mundo digital.
Ø
Ergonomía: bienestar físico en un mundo
tecnológico digital, forzar la vista y la mala postura son problemas comunes en
las actividades relacionadas con la tecnología de los cuales debemos tomar
conciencia para prevenir.
Ø
Riesgo: precauciones para garantizar la
seguridad en los medios electrónicos, a medida que una mayor cantidad de
información se guarda, debe generarse la estrategia correspondiente para
protegerla y
también incluye protegernos a nosotros mismos y a otros de influencias externas
que pueden causarnos daños físicos.
Como
mencioné anteriormente, una de las áreas de comportamiento en la ciudadanía
digital tiene que ver con la educación
¡Y qué importante es en éste tema!, considero que siendo el fin de la educación
construir un ciudadano critico y reflexivo, debemos tomar con mucha
responsabilidad la formación en el mundo digital. No se trata sólo de
facilitar el acceso a las TIC sino de formar para una utilización adecuada, que garantice la
participación activa del alumno y responsabilidades que asuman a futuro. La
clave está en que los docentes y, yo como alumna del profesorado, consideremos
a las TIC no como una simple herramienta sino que se les de la importancia como
elemento central para la selección de información, la reconstrucción del
conocimiento, la participación y la comunicación. Por este motivo debemos
dominar las áreas generales de comportamiento no sólo para conocer las aplicaciones
que integran la web 2.0, sino
para generar estrategias de aprendizaje que favorezcan la alfabetización
digital.
Debemos enseñar a los
alumnos a aprender a acceder a la información, que sepan buscan y
diferenciarla, a contrastarla y que a partir de los datos que obtengan
construyan una opinión ciudadana, porque la falta de confiabilidad de las
fuentes de la información, el alto volumen de páginas de información general disponibles,
esta sobrecarga de información de la que hablé antes genera desorientación en
los alumnos que no saben qué hacer ante el caudal de información.
En definitiva, se trata
de crear entornos de aprendizaje (Jonassen, 2000) que permitan presentar al
estudiante una serie de variadas experiencias y escenarios que le faciliten su
propia construcción del conocimiento (Educar a través de y para la ciudadanía).
La eficiencia en la alfabetización digital se fortalece a
través de la enseñanza que incluye el conocimiento de filtros para evitar
adquirir información falsa, que pueden ir desde buscadores, palabras claves,
temas, operadores como las comillas, el + o -, entre otros.
¿Qué
herramientas podemos utilizar en el aula?
Respondiendo a ésta pregunta antes que nada debemos implementar
estrategias que fomenten a una utilización adecuada de la tecnología, para esto
tenemos que por ejemplo seleccionar información de acuerdo con el nivel del
grupo y eliminar la irrelevante, promover que comparen, evalúen la información,
enseñarles a reflexionar acerca de los conocimientos que adquieren con esa
información, entre otras cuestiones necesarias que permitan una buena
utilización de herramientas. Algunas de las herramientas pueden ser los foros
de intercambios, el correo electrónico, documentos colaborativos como el Drive
para que elaboren material en grupo, servicios de multimedia como Youtube,
Educatina, y otros que permitan compartir conocimiento, la Web Quest (que permite al alumno
desarrollar la investigación, con supervisión en los pasos a seguir a partir de
ciertas secuencias que el alumno debe ir completando y resolviendo, y al mismo
tiempo se entregan los recursos y herramientas necesarias para completar dicha
actividad), el Blog para que puedan expresarse, Edmodo que resulta motivador ya
que es similar a Facebook, y muchas otras herramientas que integran la web 2.0
y que tenemos excusa para dejar de utilizarlas.
Bibliografía
- Alfons Cornella (2003). Infoxicacion: buscando un orden en la información.
- EDUTEKA del Artículo original “Digital Citizenship, addressing appropriate technology behavior" escrito por Mike S. Ribble, Gerald D. Bailey, y Tweed W. Ross. Publicado en los números 1 y 2 del Volumen 32 (Sep-2004) de la revista Learning & Leading with Technology (http://www.iste.org/LL/32/1/index.cfm . Recuperado de http://www.eduteka.org/articulos/CiudadaniaDigital
- Jairo A. Galindo (2009) Signo y Pensamiento 54 · volumen XXVIII. Recuperado de http://www.scielo.org.co/pdf/signo/v28n54/v28n54a11.pdf.
- ·JONASSEN, D. (2000): «El diseño de entornos constructivista de aprendizaje», en Ch. Reigeluth (ed.): Diseño de la instrucción: teoría y modelos, Madrid, Santillana.